Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

“Hijos, en estos días, los medios de comunicación están llenos de reportes de esta nueva enfermedad: el coronavirus. Los reportes de los casos más recientes causan miedo en los corazones de muchos. Hijos míos, tienen que entender que, como en todo, Yo estoy a cargo de quién contrae esta enfermedad, a dónde se lleva y quién sucumbe a ella. Mi Voluntad está a cargo de esto al igual que está a cargo del próximo respiro que ustedes dan. Las acciones que la humanidad toma para controlar la propagación de este virus están garantizadas, pero solo son tan efectivas como Mi Voluntad lo permite.”

“Como sucede con cada cruz, existe un propósito y una victoria. El propósito de la propagación de este virus es alentar a la humanidad a que dependan más de Mí. Su máxima protección está en la oración. Por lo tanto, no se dejen llevar por la ola de miedo, sino aprendan a acudir a Mí en la oración y a buscar Mi protección no nada más en este problema, sino en cada problema de la vida. Esta dependencia de la oración es la victoria.”

Lean Salmo 6:5

Vuélvete, Señor, rescata mi vida, sálvame por tu misericordia…