Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:
“Hoy tenemos que enfrentar la realidad de este mortal virus –el coronavirus– que ahora está atacando a esta Nación y a otras. El evento de oración al que convoqué para el Domingo de la Divina Misericordia ahora está en riesgo debido a este último ataque de Satanás. Podemos planear la impartición de Mi triple Bendición de una forma más segura en un tiempo en el que reunirnos aquí no ponga en riesgo las vidas. Dado que Yo deseo que esta Bendición la experimenten la mayor cantidad de personas posible, la voy a posponer hasta que haya un tiempo más seguro en el mundo. Yo los invito, hijos Míos, a que no dejen de enviar ese día a sus ángeles guardianes a la propiedad. Ellos regresarán a ustedes con muchas bendiciones. Permanecemos unidos en Mi Corazón Paternal. Este evento se nos está arrebatando de forma temporal; no para siempre. Mis Bendiciones no estarán limitadas por el tiempo y espacio, pues lo espiritual no está bajo el control del mal. Satanás no puede impedir que Yo ponga Mi Bendición en los corazones que abiertamente lo deseen. La geografía no establece la acción de la gracia.”
“La victoria de Mi triple Bendición no se cancela; solamente se pospone.”