Miércoles de la Octava de Pascua
Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:
“Hijos, hoy les recuerdo que no deben ser cristianos solo de nombre. Un verdadero cristiano imita a Mi Hijo en todos los sentidos. Recuerden, Mi Hijo es todo misericordia, todo amor. Él siempre está presto a compartir Sus bienes, Sus talentos y para perdonar. Mi Hijo nunca tuvo rencor en Su Corazón. Incluso mientras colgaba de la Cruz, me suplicaba que perdonara a sus agresores. Quienes se consideran cristianos, no pueden hacer menos.”
“Es Satanás quien evoca razones para que se enojen entre ustedes. El mal hace que el alma se enfade a causa de supuestos agravios a su ego o por cualquier ofensa perpetrada en su contra. Cristo es y fue la personificación del perdón amoroso. Nadie tiene derecho a deshonrar el calificativo de cristiano alimentando rencores en el corazón.”
“Un auténtico cristiano perdona a sus hermanos tal como Yo perdono a cada pecador arrepentido.”
Lean Lucas 17:3-4
Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: “Me arrepiento”, perdónalo.
1ª Pedro 1:22
Por su obediencia a la verdad, ustedes se han purificado para amarse sinceramente como hermanos.