Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:
“Hijos, hermanémonos en un esfuerzo por estar unidos en contra del enemigo que, en estos tiempos, es este virus. Mientras ustedes están ocupados cerrando los negocios y poniéndose en cuarentena, no me dejen a Mí fuera de sus corazones a causa del miedo. A través de la oración, fortalézcanse para confiar en la forma en que los está guiando Mi Voluntad. Entonces, sus esfuerzos serán abrazados por Mi Mano paternal.”
“No confundan la seguridad con el miedo. Una cosa es tomar ciertas precauciones, y otra muy diferente es perder la confianza en Mí. A través de esta intensa prueba, hago un llamado al corazón del mundo a reconciliarse Conmigo. Sus vidas se están simplificando ahora, y muchos tienen más tiempo para acudir a Mí en oración. Que este sea el momento en que cambien actitudes. Aprovechen la necesidad de oración, sacrificio y confianza en Mí. No esperen que una vacuna los salve. Permitan que el amor y la confianza en Mí vacune sus corazones. Yo estoy aquí ahora en este y en todo momento presente.”
Lean el Salmo 91
La Protección Divina en medio de los peligros
Tú que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso, di al Señor: “Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío”. Él te librará de la red del cazador y de la peste perniciosa; te cubrirá con sus plumas, y hallarás un refugio bajo sus alas. No temerás los terrores de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las tinieblas, ni la plaga que devasta a pleno sol. Aunque caigan mil a tu izquierda y diez mil a tu derecha, tú no serás alcanzado: su brazo es escudo y coraza. Con sólo dirigir una mirada, verás el castigo de los malos, porque hiciste del Señor tu refugio y pusiste como defensa al Altísimo. No te alcanzará ningún mal, ninguna plaga se acercará a tu carpa, porque él te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en todos tus caminos. Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra; caminarás sobre leones y víboras, pisotearás cachorros de león y serpientes.
Oráculo del Señor
“Él se entregó a mí, por eso, yo lo libraré; lo protegeré, porque conoce mi Nombre; me invocará, y yo le responderé. Estaré con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré; le haré gozar de una larga vida y le haré ver mi salvación”.