Domingo de la Divina Misericordia
Jesús dice:
“Yo soy tu Jesús, nacido Encarnado. Vengo a ustedes hoy como el Rey de la misericordia. Deseo derramar Mi misericordia al corazón del mundo, desafiando así todo mal y toda falsedad. Mi Corazón es su refugio de misericordia. Escápense a este refugio en medio de todo el caos. Es Mi misericordia lo que les revela la diferencia entre el bien y el mal. A través de la gracia de Mi misericordia, ustedes son guiados por el sendero de la rectitud.”
“Yo llamo a toda la gente y a todas las naciones al Amor Santo; al camino de la salvación. Este llamado es Mi misericordia en acción. Es a través de su ‘sí’ al Amor Santo que toda la gente y todas las naciones pueden unirse y vivir en paz. Así, a través de Mi misericordia, Yo les ofrezco este desafío lleno de gracia: resuelvan sus diferencias y únanse en Amor Santo. Solo entonces vivirán de una manera en la que el enemigo no podrá alcanzarlos. Entonces, Mi misericordia los envolverá y los abrazará como una armadura de Mi Divina Voluntad.”
Lean Judas 17-23
En cuanto a ustedes, queridos míos, acuérdense de lo que predijeron los Apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Ellos les decían: ‘En los últimos tiempos habrá gente que se burlará de todo y vivirá de acuerdo con sus pasiones impías’. Estos son los que provocan divisiones, hombres sensuales que no poseen el Espíritu. Pero ustedes, queridos míos, edifíquense a sí mismos sobre el fundamento de su fe santísima, orando en el Espíritu Santo. Manténganse en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la Vida eterna. Traten de convencer a los que tienen dudas, y sálvenlos librándolos del fuego. En cuanto a los demás, tengan piedad de ellos, pero con cuidado, aborreciendo hasta la túnica contaminada por su cuerpo.