Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:
“Ahora es el momento de mantenerse firmes en la fe. Preocúpense, pero no se agobien, porque Yo estoy con ustedes. Debemos enfrentar todas las consecuencias juntos. Este es el momento de la valentía en los entornos familiares y de la unión en la oración. No piensen en la derrota, sino en la victoria. Existe una batalla que hay que librar y una victoria que hay que ganar.”
Lean Filipenses 2:1-4
Si la exhortación en nombre de Cristo tiene algún valor, si algo vale el consuelo que brota del amor o la comunión en el Espíritu, o la ternura y la compasión, les ruego que hagan perfecta mi alegría, permaneciendo buen unidos. Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento. No hagan nada por espíritu de discordia o de vanidad, y que la humildad los lleve a estimar a los otros como superiores a ustedes mismos. Que cada uno busque no solamente su propio interés, sino también el de los demás.
Fuente: Amor Santo (Holy Love)