Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:
“Hijos, al acercarnos a la época penitencial de la Cuaresma, los invito a preparar sus corazones para la próxima triple Bendición en el Domingo de la Divina Misericordia. No vengan a la propiedad esperando un espectáculo de gracia. Voy a ofrecer lo que Yo elijo ofrecer; principalmente gracias que llegarán a los corazones. Ustedes, hijos Míos, tienen que preparar sus corazones haciendo de ellos un cofre del tesoro abierto y listo para ser llenado con Mi triple Bendición. Nadie que venga así quedará decepcionado, sino que se irá con su corazón y su vida cambiada para siempre.”
“Preparen sus corazones vaciándolos de las preocupaciones mundanas. Ustedes pueden lograr esto con mucha oración y sacrificio. Mediante sus esfuerzos para prepararse para este evento, recibirán un nuevo un corazón; un corazón espiritualmente adornado con muchas gracias.”
Lean Salmo 3:9
¡En ti, Señor, está la salvación, y tu bendición sobre tu pueblo!