29 de Febrero del 2020 – En estos días se enfatiza en las noticias la enfermedad más reciente: el coronavirus

"Tengo que señalar que esta enfermedad solamente puede causar daño físico. Debería haber el mismo miedo y cautela -o incluso mayor- con respecto a esas cosas y situaciones que podrían causar la pérdida de su alma por toda la eternidad"

Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

Dios Padre - Amor Santo - Holy Love“En estos días se enfatiza en las noticias la enfermedad más reciente: el coronavirus. Esta enfermedad provoca miedo y cautela junto con sus otros efectos nocivos; y con justa razón. Hijos, tengo que señalar que esta enfermedad solamente puede causar daño físico. Debería haber el mismo miedo y cautela -o incluso mayor- con respecto a esas cosas y situaciones que podrían causar la pérdida de su alma por toda la eternidad. Esas cosas son innumerables; podría llamarse ‘pandemia’ de la aceptación del pecado. Esto describe acertadamente la ‘nueva moral’ aceptada en el mundo de estos tiempos.”

“Es común vivir juntos como esposos fuera del matrimonio. Los asesinatos ya casi no impresionan. Otros crímenes rara vez aparecen en los titulares, a menos que afecten a un gran número de personas. Lo que los medios de comunicación aceptan como noticioso, se considera a menudo como algo malo únicamente a los ojos de unos cuantos. Las guerras se ven como una solución. La violencia se ha vuelto una forma de resolver problemas. En general, la moral que me agrada a Mí ya no es la norma a seguir.”

“Así que, si bien hay gran cautela sobre la enfermedad, como debe ser, Yo recomiendo que se adopten precauciones similares para las enfermedades espirituales que se están volviendo cada vez más virulentas en la población general de estos tiempos. Estas enfermedades espirituales son más peligrosas que cualquier virus, ya que su efecto es eterno. Pongan atención.”

Lean Lucas 12:4-5

A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más. Yo les indicaré a quién deben temer: teman a aquel que, después de matar, tiene el poder de arrojar a la Gehena. Sí, les repito, teman a ese.