Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

“Hoy vengo para describirles la virtud de la paciencia. La paciencia no repara en los logros o fracasos; en cómo sucedieron las cosas. La paciencia no se angustia por el futuro pensando en el peor escenario conforme suceden los acontecimientos. La paciencia permanece en el momento presente, viviendo lo mejor posible en Amor Santo, pues eso es lo que más me agrada a Mí.”

“En las dificultades, la paciencia es la mejor amiga de la valentía y de la perseverancia. La paciencia es el pilar de la entereza y la confianza en Mi Voluntad. La paciencia es la hermana de toda virtud, fortaleciendo el bien y oponiéndose al mal.”

“En cada prueba, recen pidiendo paciencia, pues en eso radica su fuerza. Así progresarán rápidamente por el sendero de la santidad más profunda.”

Lean 1ª Corintios 13:4-7

El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Gálatas 6:9-10

No nos cansemos de hacer el bien, porque la cosecha llegará a su tiempo si no desfallecemos. Por lo tanto, mientras estamos a tiempo hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe.