Domingo de Pentecostés
La Santísima Virgen María dice:
“Alabado sea Jesús. Hoy, anhelo abrazar al mundo entero y a toda la humanidad con Amor Santo. Todavía más grande es Mi deseo de que todos Mis hijos me devuelvan este mismo Amor Santo. Esto solo es posible si el hombre ama a Dios sobre todas las cosas y desde lo profundo de su corazón. Mientras más abrace el hombre el Amor Santo, más abierto está su corazón para recibir a cambio amor y gracias.”
“Anhelo compartir con ustedes los secretos de la eternidad y mostrarle a cada uno su lugar en el Paraíso. Amen a Dios y pongan en sus corazones el agradarle a Él en primer lugar. Esta es la manera de tener paz en sus corazones y en el mundo a su alrededor.”
“Incluso mientras hablo, hay planes perversos ocultos en el corazón del mundo para anular el bien y promover el mal. Los buenos líderes perderán su influencia. Los planes ocultos van a salir a la luz. Los esfuerzos por desentrañar la verdad de las mentiras de Satanás se están viendo amenazados en todo el mundo. La unidad se está debilitando por culpa de esta pandemia. Estén unidos en oración. Eso tiene que ser su fuerza. Queridos hijos, Yo estoy rezando con ustedes. Sus Rosarios son el arma más poderosa y la mejor solución que tienen.”
Filipenses 2:1-2
Si la exhortación en nombre de Cristo tiene algún valor, si algo vale el consuelo que brota del amor o la comunión en el Espíritu, o la ternura y la compasión, les ruego que hagan perfecta mi alegría, permaneciendo bien unidos. Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo pensamiento.