“Conforme avanzamos en este tiempo penitencial, tengamos en nuestros corazones algunos parámetros para hacer sacrificios. Algunas veces, la mejor manera de hacer sacrificios es simplemente aceptar con amor todo lo que el día presente. Ningún sacrificio es meritorio si no hay amor en el corazón. Se pone demasiado énfasis en ‘renunciar’ a cosas que el alma disfruta, y no se pone suficiente énfasis en el esfuerzo positivo de realizar obras de caridad, tales como ayudar a los necesitados, rezar más, incluso leer obras edificantes. Para que sea meritorio cualquier sacrificio, es más importante el amor con que se ofrece que el sacrificio mismo.”
“El sacrificio no debe mermar su bienestar físico. Respeten el cuerpo que Yo creé. Elijan sacrificios más agradables para Mí, como amar a sus enemigos y practicar el perdón. Podemos hacer este viaje juntos si el Amor Santo impregna sus corazones. Eso tiene que ser la base firme de cada sacrificio.”