“Hijos, permítanme tener el mando de cada uno de sus pensamientos, palabras y obras en virtud de Mis Diez Mandamientos. Sus vidas confluirán en la verdad si permiten que sus corazones me obedezcan. Solamente la verdad abrirá la puerta a la lluvia de gracias. Una actitud liberal que tergiversa la verdad de obedecer Mis mandamientos ha desviado a muchos y los ha llevado a su perdición.”
“Ustedes no pueden entrar al reino de Mi Paraíso si no me aman a Mí sobre todas las cosas. Esto significa que agradarme a Mí es más importante que la ambición en el mundo por la apariencia física, el estatus entre la humanidad, el dinero, cualquier posesión mundana, placeres o entretenimientos terrenales, incluso que el estatus por medio del conocimiento. En resumen, amarme a Mí sobre todas las cosas significa agradarme a Mí antes que nada en sus corazones. Este es el mandamiento que abre la puerta de la obediencia a todos los demás mandamientos. Las fallas en este primer mandamiento obstruyen la lealtad a la verdad.”
“La lealtad pura a esta verdad solamente se puede lograr a través de la oración y de un movimiento del libre albedrío. La rendición a Mi Divina Voluntad radica en su obediente aceptación de Mis mandamientos.”