“En las profundidades de Mi Corazón Paternal, Yo sostengo a los que reconocen los males actuales y se esfuerzan por exponerlos. Yo ayudaré a estas almas en sus esfuerzos por despertar la conciencia del mundo en cuanto al sendero que está siguiendo. La única forma en que puede ocurrir la conversión de un alma es que en su corazón reconozca el mal por lo que es, que se arrepienta y transforme sus objetivos para bien. Esto también aplica para el corazón del mundo.”
“Este despertar tiene que darse por el poder del Espíritu Santo; esa voz apacible que habla al corazón y susurra las decisiones del bien sobre el mal. Para que sea efectivo el convencimiento de cualquier conciencia, se requiere de humildad de corazón. Un corazón así está abierto a la corrección y anhela cambiar y agradarme a Mí. En estos tiempos, el corazón del mundo no es lo suficientemente humilde para soportar la corrección. Recen para que los susurros del Espíritu Santo sean recibidos y aceptados por el corazón del mundo y puedan influir en el cambio.”