“Hijos, mientras se preparan para la llegada de la celebración de la Pascua, permitan que la fe sea el cimiento de su alegría. Pídanle a María, Protectora de la Fe y Refugio del Amor Santo que los ayude en la celebración Pascual. Toda la pena y tristeza del Viernes Santo desapareció en la mañana de Pascua. Había quietud y calma en la atmósfera. En el aire había silencio en lugar del caos y ruido del Viernes Santo. Permitan que su preparación sea una preparación confiada para el día de gozo que se avecina.”
“Mediten en el dolor de la Pasión y Muerte de Mi Hijo, pero con la mirada puesta en el gozo que se aproxima. Sean solemnes en su preparación, pero firmes en su fe conforme se acerca el día de gozo. La fe nunca debe asentarse en la desolación, sino siempre en la victoria.”