“Hijos, nunca permitan que los pensamientos amargos de la falta de perdón permanezcan en sus corazones. La única manera de perdonar es practicando el perdón de pensamiento, palabra y obra. Lo mismo es válido con el hecho de vivir en la Voluntad de Dios. Una vez que han entendido cuál es Mi Voluntad para ustedes, no se opongan a ella de pensamiento, palabra ni obra. Recen pidiendo auténtico discernimiento. Después, consideren las dudas como su enemigo.”
“Crean en la gracia del momento presente.”