“Los Apóstoles no creían en la resurrección de Mi Hijo hasta que esta sucedió. Hoy día, muchas personas no creen que existe el Purgatorio y el Infierno, y descubren demasiado tarde que su existencia es real. Ustedes no pueden controlar lo que es verdad y lo que es falso nada más por sus creencias humanas. Lo que ustedes creen tiene que alinearse con lo que se les enseña en la Biblia, en la Tradición de la Iglesia y en los mandamientos. Los Apóstoles se alegraron cuando descubrieron la verdad de la resurrección de Mi Hijo. Sin embargo, en la actualidad, muchas almas se arrepienten amargamente de su incredulidad en el Cielo, en el Infierno y en el Purgatorio. Vivan sus vidas en la realidad de que sí existen.”