“Estos tiempos son malignos, pues la conciencia del corazón del mundo ha sido opacada por una moral laxa. Ya no se toma en cuenta el pecado. La humanidad actúa, habla y piensa de acuerdo a su propio placer. Mis Mandamientos ya no son un sendero a la salvación. En cambio, ignorarlos se ha vuelto el sendero a la perdición. Los relativamente pocos que respetan Mis mandamientos son perseguidos y despreciados.”
“La paz del mundo depende de un regreso universal al respeto de Mis leyes. Solo entonces se tendría en estima la devoción a Mi Voluntad. Las almas nuevamente clamarían la estricta adhesión a Mis Mandamientos. Todos elegirían agradarme a Mí y, por ende, valorarían una profunda santidad espiritual.”
“Así que hoy, nuevamente, hago un llamado a cada alma para que se familiarice con Mis Mandamientos. Que la estricta obediencia a Mis leyes sea una prioridad en sus vidas. Solamente entonces las leyes impías serán borradas de los libros y el pecado será reconocido como algo malo. La diferencia entre el bien y el mal será fácilmente reconocida porque el hombre tendrá un discernimiento más perfecto. Su conciencia lo hará responsable. Estará caminando en la Nueva Jerusalén.”