“Hoy que su País conmemora las vidas de sus difuntos, los invito a darse cuenta de que quienes me amaron en su existencia terrenal están vivos en la otra vida. Lo mejor es rezar siempre por las almas que ya partieron, ya que ustedes no saben si están en el Cielo, en el Purgatorio o en el Infierno. Es más seguro pensar que están en el Purgatorio y que todavía necesitan sus oraciones. No podrán ser demasiadas las oraciones que ofrezcan por los difuntos. Si aquellos por quienes rezan están en el Cielo, todas sus oraciones por ellos no se desperdician, sino que se van a otra alma necesitada.”

“Hay millones de almas en el Purgatorio por las que nadie reza. Algunas están ahí por no haber creído en el Purgatorio. Hay otras almas que están ahí debido a falsas suposiciones de su destino final; sea el Cielo o el Infierno. Por lo tanto, ninguna oración ofrecida por las pobres almas es inútil. La incredulidad en el Purgatorio no niega su existencia.”