El don de la oración descubre la Verdad

“Estén abiertos a la paz de corazón. Todo lo que altera su paz es una señal de que Satanás ha encontrado un acceso a sus corazones"
23 de Junio del 2021 – Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

Dios Padre - Amor Santo - Holy Love“Estén abiertos a la paz de corazón. Todo lo que altera su paz es una señal de que Satanás ha encontrado un acceso a sus corazones. Él elige el punto más débil que tengan en su santidad personal. Algunas veces son las relaciones personales, el amor a los bienes mundanos, el apego a las personas o a las cosas, pero siempre entra mostrándoles justo dónde necesitan apuntalar la fortaleza de su santidad personal.”

“Estos ataques de Satanás son formas en las que ustedes pueden ver dónde necesitan fortalecerse en la santidad. Satanás en realidad está ayudándolos a ver cómo pueden mejorar en su relación Conmigo. Depende de cada alma utilizar la introspección. Con mucha frecuencia, Satanás usa la soberbia –incluso el fariseísmo– para entrar al corazón. Si ustedes utilizan las oraciones como su trinchera y escudo, Satanás tendrá menos oportunidades de disfrazarse de algo bueno. Así, él no puede distorsionar la verdad. Él miente para provocar discordia entre ustedes. El don de la oración descubre la verdad.”

Lean Efesios 6:10-17 – Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder. Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio. Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio. Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos. Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.