“Como su Padre amoroso, quiero que comprendan mejor las leyes que Yo les he dado como mapa de ruta al Cielo. Estos Diez Mandamientos están personificados en el Amor Santo; amarme a Mí sobre todas las cosas y amar a su prójimo como a sí mismos. No es suficiente saber o leer estos mandamientos; tienen que interiorizarlos e interiorizar todo lo que mandan en su sencillez. Los primeros tres mandamientos ordenan amarme a Mí sobre todas las cosas. Los mandamientos del Cuarto al Décimo le dicen al alma cómo hay que amar a su prójimo como a sí mismos.”

“Es Mi deseo examinar estas leyes para ustedes a fin de que puedan comprender cómo afectan su vida diaria. De esta manera, serán más capaces de vivir conforme a Mis mandamientos y ganarse su lugar en el Cielo.”

“Empecemos hoy con el Primer Mandamiento, recordando siempre que el Amor Santo es la personificación de todos los mandamientos. El Primer Mandamiento ordena que tienen que reconocerme como el Señor de toda la creación y no tener falsos dioses delante de Mí. Esto plantea la pregunta: ¿qué es un falso dios? Las personas anteponen muchas cosas al amor por Mí. Son los falsos dioses de las comodidades y apariencia personal, riqueza, deseos sensuales, reputación, entretenimiento y más. Todo aquello que sea persona, lugar o cosa que el alma no honre como una gracia Mía está tomando el lugar de un falso dios en su espíritu. El hombre no debe considerar –consciente o inconscientemente– todo lo bueno como un logro del esfuerzo humano. Esto pone los logros humanos por encima de su Creador. Por lo tanto, el hombre hace humana la omnipotencia de su Creador. Todos los esfuerzos humanos –cualquier logro– proceden de Mi Corazón Paternal. Cada esfuerzo humano es un fruto de Mi cuidado paternal por la humanidad.”