“Hoy examinaremos el Octavo Mandamiento: No darás testimonio falso contra tu prójimo. Los pecados de calumnia y detracción profanan este mandamiento. El alma que no está consagrada a la verdad transgrede este Octavo Mandamiento, porque su corazón no es caritativo y sus palabras, por ende, tampoco. Muchas almas, comunidades y naciones han sido destruidas por culpa de las lenguas mentirosas.”
“El Amor Santo tiene que vigilar el corazón. De esta manera se preserva la verdad al hablar. El alma que piensa caritativamente no tendrá la tentación de hablar sin caridad. El alma que sucumbe a la transgresión del Octavo Mandamiento tiene que ser convencida en la verdad para poder arrepentirse.”