Su salvación radica en amarme a Mí y amar Mis Mandamientos

“En el juicio de cada alma, no soy Yo quien salva o condena, sino el alma misma. Vivan conforme al Amor Santo. Únicamente eso es su salvación"
1º de Septiembre del 2021 – Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

Dios Padre - Amor Santo - Holy Love“Su salvación radica en amarme a Mí y, por ese amor, amar Mis Mandamientos. No puedo decirlo más claro. La gran mayoría de las personas en el mundo de hoy no vive conforme a esta creencia.”

“En el juicio de cada alma, no soy Yo quien salva o condena, sino el alma misma. Vivan conforme al Amor Santo. Únicamente eso es su salvación. El alma más humilde y sencilla encuentra esto muy fácil. De buena gana puede rechazar el gozo y prestigio del mundo por Mí.”

“Todos los santos lograron la santidad gracias a que establecieron sus prioridades correctamente; poniendo el amor por Mí en primer lugar y sobre todas las cosas. En la actualidad, muchos ni siquiera conocen Mis mandamientos, y mucho menos los obedecen.”

“Examinen sus corazones todos los días para darse cuenta de su progreso en la santidad. Cada día, elijan ofrecerme un sacrificio especial o una oración para ayudar a nivelar la balanza entre el bien y el mal. Ya los amo por eso.”

Lean 1ª Juan 3:18-24 – Hijitos míos, no amemos con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante de Dios, aunque nuestra conciencia nos reproche algo, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas. Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza, y él nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Su mandamiento es este: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como él nos ordenó. El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.