No busquen la aceptación y aprobación entre los hombres, sino la Mía

"Hay una diferencia entre la ley civil y las leyes de Mis Diez Mandamientos. La ley civil dice que es aceptable matar al no nacido. Mi mandamiento ordena ‘No matarás’."
12 de Noviembre del 2021 – Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

Dio Padre“Hijos, hay una diferencia entre la ley civil y las leyes de Mis Diez Mandamientos. La ley civil dice que es aceptable matar al no nacido. Mi mandamiento ordena ‘No matarás’. La ley civil protege todo tipo de calumnia como libertad de expresión, mientras que Mis mandamientos ordenan que tienen que ser caritativos con el prójimo en pensamiento, palabra y obra. Es importante tomar nota de esto en su conciencia. No crean que porque algo es legal bajo la ley civil eso me agrada a Mí y se ajusta a Mis mandamientos. Para poder salvarse, sus conciencias tienen que estar libres de cualquier transgresión a Mis mandamientos.”

“No busquen la aceptación y aprobación entre los hombres, sino la Mía; su Dios y Creador. Es a Mí a quien tienen que rendir cuentas. Busquen Mi aprobación; no la de su prójimo. No actúen de tal manera que sirvan al falso dios de la popularidad, sino háganlo de maneras que los guíen en su santificación. Yo estoy siempre consciente de sus decisiones en el mundo. Yo soy el indiscutible Juez al que tienen que impresionar.”

Lean Gálatas 3:5-10 – Aquel que les prodiga el Espíritu y está obrando milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras de la Ley o porque han creído en la predicación? Es el caso de Abraham, que creyó en Dios, y esto le fue tenido en cuenta para su justificación. Reconozcan, entonces, que los verdaderos hijos de Abraham son los que tienen fe. La Escritura, previendo que Dios justificaría a los paganos por la fe, anticipó esta buena noticia a Abraham, prometiéndole: En ti serán bendecidas todas las naciones. De esa manera, los que creen son los que participan de la bendición de Abraham, el creyente. En efecto, todos los que confían en las obras de la Ley están bajo una maldición, porque dice la Escritura: Maldito sea el que no cumple fielmente todo lo que está escrito en el libro de la Ley.