Cuando obedecen Mis mandamientos, están predestinados para la vida eterna

“Hijos, esto merece ser repetido. Ustedes están en la tierra para ganar su lugar de descanso eterno. La única manera de obtener la salvación eterna es obedeciendo Mis Mandamientos"
29 de Noviembre del 2021 – Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

Dios Padre - Amor Santo - Holy Love“Hijos, esto merece ser repetido. Ustedes están en la tierra para ganar su lugar de descanso eterno. La única manera de obtener la salvación eterna es obedeciendo Mis Mandamientos. Por lo tanto, le corresponde a cada persona conocer Mis Mandamientos y todas las formas en que tiene que obedecerlos. En su juicio, no tendrán tiempo para negociar o discutir sus puntos de desobediencia.”

“Cuando obedecen Mis mandamientos, están predestinados para la vida eterna en el Cielo. Aquí en esta Misión, Yo los invito a obedecer los Dos Grandes Mandamientos: Amarás a tu prójimo como a ti mismo y me amarás a Mí sobre todas las cosas. Ustedes solamente pueden hacer esto obedeciendo cada matiz de cada mandamiento. Utilicen su existencia terrenal para hacer esto.”

“Si este Amor Santo fuera adoptado en cada corazón, tendrían paz mundial.”

“Que esta época de Adviento brinde un nuevo comienzo a sus esfuerzos en el Amor Santo.”

Lean 1ª Juan 3:18-24 – Hijitos míos, no amemos con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y estaremos tranquilos delante de Dios aunque nuestra conciencia nos reproche algo, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y conoce todas las cosas. Queridos míos, si nuestro corazón no nos hace ningún reproche, podemos acercarnos a Dios con plena confianza, y él nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Su mandamiento es este: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como él nos ordenó. El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.