Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María
“Alabado sea Jesús. Qué favor me concedió el Señor Dios cuando fui concebida sin pecado original. Yo nunca cedí a ninguna tentación maligna. Siempre pude distinguir perfectamente el bien del mal. En Mi Inmaculado Corazón conservo un amor perfecto por Dios y por toda la humanidad. Nunca desaproveché ni un momento en el que pudiera extender a los demás el fuego de ese amor.”
“Siempre tuve Conmigo una santa Presencia. Papá Dios me dio el especial privilegio de llevar en Mi Seno a Su Hijo unigénito. Yo nunca dudé. Fui capaz de resignarme a la Voluntad de Dios en el sitio de la Crucifixión. Pude apoyar espiritualmente a los Apóstoles durante la Pasión y Muerte de Mi Hijo.”
“Hoy soy la Madre de la Iglesia; soportando sus cargas con valor ahora y en la eternidad.”