“En los días que restan de este tiempo de Adviento, preparen sus corazones con fe y alegría expectantes para el nacimiento de Mi Hijo. Sean como niños esperando este gran acontecimiento. Vacíen sus corazones de inquietudes y preocupaciones, y dejen que Yo los llene con la gracia de este tiempo. Todo lo demás que rodea esta temporada –los adornos, los regalos– es pasajero, como una hoja al viento. Todo lo que permanece es la presencia de Mi pequeño Hijo conforme Él ocupaba el pesebre en Navidad. Sus oraciones y sacrificios son como la paja que sostiene Su frágil Cuerpo. La fe que ustedes tienen lo envuelve y le da calor, como lo hicieron los pañales.”

“Participen de esta alegre festividad haciéndola una realidad en sus corazones por medio de su fe, oraciones y sacrificios.”