“Hijos, decidan en sus corazones ser santos amándome a Mí. Aprecien todo lo que Yo he hecho por ustedes; todo lo positivo en sus vidas. Esta pequeña acción me agrada muchísimo. Quiero su amistad para que Yo pueda obrar milagros en sus vidas.”
“Reconozcan Mi Presencia tal como Simeón reconoció a Mi Hijo cuando María y José lo llevaron al templo cuando era pequeño. Elijan servirme por medio de la obediencia a Mis Mandamientos. Recuerden que Yo solo miro el corazón. Asegúrense de que sus corazones estén puros en la intención de ser santos. No se distraigan con los atractivos del mundo.”
“Invóquenme como Padre, y confíen en que Yo vendré a su auxilio por amor.”