Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:
“Hijos, nada de lo que les diga hoy podría significar más o ser más profundo que esto: Obedezcan Mis mandamientos. Ese es su sendero a la salvación. Yo podría simplificar esto y decirles que vivan en Amor Santo, pero es el mismo mensaje.”
“Su obediencia a Mis mandamientos es la máxima obediencia a toda autoridad. La moral moderna ha abandonado la prudencia y ha redefinido el significado de Mis mandamientos para satisfacer sus propios deseos y caprichos. Conmigo no hay discusión; no hay negociación de la verdad. Su juicio no estará abierto a debate. Ustedes no pueden infringir un mandamiento sin ser culpables de todos los demás. Si llegan a su juicio con sus manos llenas de buenas obras, pero transgredieron uno de Mis mandamientos de forma habitual, están perdidos.”
“Nadie pierde su alma sin querer. La pérdida de su salvación es una elección consciente. Tomen sus decisiones del momento presente en conformidad con Mis mandamientos, y se salvarán. Yo aguardo su decisión para hacerlo.”
Lean Santiago 2:10
En efecto, aunque uno cumpla toda la Ley, si peca contra un solo precepto, quebranta toda la Ley.