Domingo de la Divina Misericordia
“Yo soy tu Jesús, nacido Encarnado. Mi Misericordia se extiende de generación en generación y por todos los siglos. La llave de Mi Misericordia es un corazón contrito. Si confían en estas palabras Mías, no tendrán nada que temer. El corazón contrito debe alegrarse y estar feliz porque está en el camino a la felicidad eterna. Encuentren su paz en la promesa de Mi Misericordia. Esa paz debe durar hasta la eternidad. Mi Reino es la herencia del corazón humilde y contrito.”
“Dejen que sus fronteras delimiten cada nación, pero que cada nación delimite Mi amor y Mi Misericordia. Este es el camino para una paz mundial. El futuro no tiene ninguna promesa para quienes rechazan Mi Amor y Misericordia.”
“Mi Amor Divino y Mi Divina Misericordia son la esencia del Cielo. Hoy, ¡Regocíjense en el Cielo sobre la tierra!”