25 de Julio del 2022 – Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:
“En las tormentas de la vida, tienen que aprender a refugiarse en la obediencia a Mis mandamientos. Esto es su seguridad. Abracen siempre la verdad, sobre todo cuando los acusen falsamente. Construyan su fortaleza alta y fuerte. Protéjanla con la esperanza que los guía en cualquier crisis. Atesoren la paz que esto les brindará.”
Lean Romanos 5:1-5 – Justificados, entonces, por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.

“En las tormentas de la vida, tienen que aprender a refugiarse en la obediencia a Mis mandamientos. Esto es su seguridad. Abracen siempre la verdad, sobre todo cuando los acusen falsamente. Construyan su fortaleza alta y fuerte. Protéjanla con la esperanza que los guía en cualquier crisis. Atesoren la paz que esto les brindará.”





