“Todo momento presente en la vida de cada alma ofrece la oportunidad de agradarme a Mí respondiendo a la gracia del momento, o desagradarme mediante el amor propio excesivo, el cual elige solamente agradarse a sí misma. La gracia del momento ayuda al alma a elegir el bien sobre el mal. Con mucha frecuencia, el alma permite que los acontecimientos del día la agobien, y entonces no elige sabiamente. La santidad se perfecciona por medio del desinterés en uno mismo. Esto es lo que abre el corazón para progresar en la gracia y purificarse en la virtud.”
“En toda situación, dependan siempre en la gracia del último minuto que Yo les envío por medio de los ángeles.”