18 de Marzo del 2020 – Estos son tiempos en los que tienen que aprender a depender de Mi gracia

"Insisto, estén unidos en oración. La unión espiritual es mucho más poderosa que la unión física. Esta enfermedad no es más que un síntoma del deseo de Satanás de capturar al mundo"

Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

Dios Padre - Amor Santo - Holy Love“Hijos, conforme su Nación y el mundo están a la sombra de la cruz, les ruego que comprendan que la Santa Madre está con ustedes intercediendo en su nombre. Mi Provisión es su constante. Yo estoy escuchando sus oraciones. La cruz de este particular virus no tiene precedente. Así, también, tiene que ser su respuesta en la confianza.”

“Recuerden, Yo veo solamente los corazones. Algunos de ustedes tienen que llevar una carga más pesada debido a la cuarentena virtual de la mayor parte de su Nación. Mi gracia nunca respeta una cuarentena; siempre forma parte del momento presente y ninguna enfermedad la puede desafiar.”

“Estos son tiempos en los que tienen que aprender a depender de Mi gracia. Recen pidiendo que este virus colapse más pronto de lo anticipado. Insisto, estén unidos en oración. La unión espiritual es mucho más poderosa que la unión física. Esta enfermedad no es más que un síntoma del deseo de Satanás de capturar al mundo.”

Lean Efesios 6:10-18

Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder. Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio. Porque nuestra lucha no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades, contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en el espacio. Por lo tanto, tomen la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos. Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón de la verdad y vistiendo la justicia como coraza. Calcen sus pies con el celo para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Eleven constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animados por el Espíritu. Dedíquense con perseverancia incansable a interceder por todos los hermanos…