“Hijos, puesto que la Semana Santa ya está aquí, los invito hoy a meditar en lo que hay en sus corazones. Ojalá que sus corazones no estén atados a preocupaciones terrenales, sino centrados en el Cielo. El Cielo es donde está su verdadera felicidad. El tesoro más grande los aguarda en el Cielo. Este tesoro es la suma total de todas sus oraciones y sacrificios. Es un tesoro decorado con el perdón a todos los demás y de su fe en la verdad de todo lo que Yo les he dado.”
“Vivan para el Cielo mientras todavía estén en la tierra; ese es el camino a la verdadera felicidad. Todo lo demás es pasajero. El gozo temporal es como aferrarse a un ancla cuando se están ahogando. Su apoyo verdadero en cualquier dificultad es su amor por Mí, el cual Yo enriquezco y correspondo en la necesidad más grande que tengan. Por lo tanto, pongan su confianza en lo alto, no en lo que los rodea en el mundo.”