Sus oraciones son Mi consuelo

Alabado sea Jesús. Hijos, hoy vengo a ustedes dando testimonio de los más grandes dolores que sufrí en la tierra. Mis dolores continúan en el Cielo mientras contemplo la indiferencia que tiene la gente hacia Mi Jesús y hacia el sacrificio de Su Pasión y Muerte

15 de Septiembre del 2022 – Nuestra Señora de los Dolores – Llega Nuestra Señora derramando muchas lágrimas. Hay muchas espadas en Su Corazón. Dice:

Maria Santísima - Amor Santo - Holy Love“Alabado sea Jesús. Hijos, hoy vengo a ustedes dando testimonio de los más grandes dolores que sufrí en la tierra. Mis dolores continúan en el Cielo mientras contemplo la indiferencia que tiene la gente hacia Mi Jesús y hacia el sacrificio de Su Pasión y Muerte. La forma de pensar consciente actualmente es ser lo más feliz que se pueda en el mundo sin preocuparse por la santidad personal o elegir el Cielo. Yo lloro en cada momento presente para que se corrija la conciencia del mundo.”

“Sus oraciones son Mi consuelo. Les pido que recen todos los días pidiendo que toda la humanidad se reconcilie con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Que todas las naciones se arrepientan ante el Dios misericordioso que desea la unión con la libre voluntad del hombre.”

Jonás 3:1-10 – La palabra del Señor fue dirigida por segunda vez a Jonás, en estos términos: “Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y anúnciale el mensaje que yo te indicaré”. Jonás partió para Nínive, conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad enormemente grande: se necesitaban tres días para recorrerla. Jonás comenzó a internarse en la ciudad y caminó durante todo un día, proclamando: “Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida”. Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, este se levantó de su trono, se quitó su vestidura real, se vistió con ropa de penitencia y se sentó sobre ceniza. Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente anuncio: “Por decreto del rey y de sus funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el ganado mayor ni el menor, deberán probar bocado: no pasten ni beban agua; vístanse con ropa de penitencia hombres y animales; clamen a Dios con todas sus fuerzas y conviértase cada uno de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos. Tal vez Dios se vuelva atrás y se arrepienta, y aplaque el ardor de su ira, de manera que no perezcamos”. Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió.