“Hijos, en un intento por ayudarlos a comprender lo importante que es su fe, voy a hacer esta analogía. En su vida espiritual, la fe es muy similar a la dependencia que tiene su bienestar físico de la sangre sana. El cuerpo humano no puede vivir sin sangre sana. De igual forma, el alma no puede alcanzar la vida eterna sin una fe sana. Cuando la enfermedad ataca el cuerpo físico, esto se refleja en la salud de la sangre. De igual forma, cuando la fe es atacada en el alma, se pone de manifiesto en el bienestar espiritual del alma. Así como la sangre sana refleja un cuerpo sano, la fe sana es la característica de un alma recta; un alma que tendrá la vida eterna.”
“La fe es esencial para el Cielo.”