“Hijos, tienen que estar conscientes de que la guerra en Ucrania no implica solo armamentos de guerra. Es, sobre todo, una guerra espiritual. Los opresores obedecen a malos espíritus sin ningún discernimiento. La manera de combatir a esos espíritus es a través de la oración y el ayuno. Fortalézcanse invocando al Espíritu Santo. No están luchando contra hombres mortales, sino contra el espíritu de las tinieblas que inspira crímenes atroces contra la humanidad. Tomen las armas de la oración ferviente y el sacrificio. Desafíen las obras injustas de Satanás con la justicia. No cedan al arma del desaliento de Satanás. Permanezcan unidos en el Amor Santo.”