“Una vez que el alma está en el camino de la conversión, tiene que esforzarse mucho por permanecer ahí. Satanás no descansa. Él pone toda clase de distracciones en el camino. Algo de lo que el alma no se da cuenta como derivado del mal es el pecado de la soberbia espiritual. El alma se adjudica el mérito de todo su avance espiritual y cede a la falsedad de que ella está por encima de quienes considera menos espirituales que sí misma. Esto muchas veces no es tan solo soberbia espiritual, sino también falso juicio.”
“Todo bien proviene de Mí, su Creador. Reconozcan Mi dominio sobre ustedes. Soy Yo quien envía al Espíritu Santo a inspirar todo bien y a apoyarlos cuando el error los ataca. Reconozcan que el control de su vida espiritual lo tiene este Espíritu de la Verdad. De esta forma, no serán engañados para que piensen que ustedes han logrado con sus esfuerzos humanos aquello que solamente Yo puedo realizar.”