“Hijos, permítanme que les hable sobre el liderazgo. El buen líder comprende que soy Yo quien lo ha puesto en el rol de líder en el que está. Él dirige como corresponde, con cuidado, sin miras al beneficio personal. Nunca hostiga; no se aprovecha del débil y del necesitado. Nunca convertiría a sus partidarios en víctimas. Al buen líder no lo invade la ambición, sino la renuncia de sí mismo. Él conoce las necesidades de aquellos a quien Yo puse bajo su cargo e intenta ayudarlos en sus necesidades.”
“Los líderes que no reconocen su lugar ante Mí son líderes deshonestos que actúan por cuenta propia. No tienen amor por la justicia ni por Mi Voluntad para ellos o sus partidarios. Ellos imponen sus caprichos sobre aquellos a quienes tienen a su cargo.”
“Recientemente, ha surgido un mal líder en Rusia y le está causando inmensas dificultades a muchos. Si el bien se une en oración en su contra, él será debilitado; empezará a ver lo valioso que es complacerme a Mí.”