“Hijos, los invito a comprender la seria responsabilidad que tienen aquellos que son testigos de la agresión en Ucrania. Acudir al auxilio del oprimido es una responsabilidad. Las sanciones no son la solución inmediata que se necesita. Es como señalar con un dedo a Vladimir Putin y decir: ‘Travieso, travieso’. Lo que se necesita es la fuerza militar para combatir estas agresivas acciones. Yo no propongo la guerra. Lo que sí propongo es una demostración de fuerza en contra de los opresores que le haga saber a Rusia y al mundo que eso no se va a tolerar. No hacerlo es un pecado contra la humanidad.”
“Yo les digo esto como Padre, tanto de los agresores como de los oprimidos. Mi Ira está aumentando en Mi Corazón. La salvación de cada uno depende del amor a su prójimo. ¿Cómo se refleja esto en la agresión de la que soy testigo?”