“Hijos, consideren la profunda alegría en el Corazón de la Santísima Virgen cuando finalmente encontró al niño Jesús en el Templo. Solo entonces Su Corazón pudo estar en paz, luego de días de no saber dónde estaba. Encuentren a Jesús en su propio mundo y en su propio corazón. Si Yo los buscara hoy, ¿los encontraría rezando en un templo? ¿Tendrían respuestas inteligentes ante preguntas profundas, o se revelaría el vacío de su corazón? ¿Sabrían los demás dónde buscarlos, en una iglesia o deambulando en el mundo?”
“Sean ejemplo para los demás de alguien que se esfuerza diligentemente en su santidad personal. Sean alguien que está relacionado con la oración; alguien que podría encontrarse rezando o haciendo Horas Santas. Este es el tipo de reputación que deben desear. Este es el tipo de reputación que me agrada a Mí.”