“Inicien cada día con una perspectiva fresca sobre el poder de la oración. La oración cambia cosas. La oración ferviente devuelve favor por favor y hace que Yo pueda derramar gracias incalculables al mundo. Es entonces cuando los corazones cambian, cuando el mal queda expuesto y se libera Mi poder omnipotente. No permitan que el desaliento bloquee su tiempo de oración. Mi Divina Voluntad muchas veces obra en el trasfondo de maneras que ustedes desconocen.”
“La confianza es el pilar de la oración ferviente. Si ustedes no me aman lo suficiente como para confiar en Mí, atan Mis Manos con la incapacidad humana. Recuerden cómo la Resurrección cambió el mundo para siempre; no por los esfuerzos humanos, sino gracias a Mi omnipotencia. No por la oración desanimada, sino gracias a la santa valentía manifestada en la confianza. Estén presentes para Mí porque Yo devolví a la vida a Mi Jesús. Regocíjense Conmigo.”