Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

“Hijos, ningún momento presente se desaprovecha si se entrega a la oración. Hagan que todo su día sea una oración ofreciéndomelo a Mí cuando se levanten. De esa forma, Yo daré cada paso con ustedes a lo largo del día. Así, sus batallas y frustraciones son más fáciles de sobrellevar. Sus cruces son más ligeras cuando las compartimos.”

“Recuerden siempre que su salvación está en el momento presente. El ayer ya pasó. El futuro todavía no se ha desplegado con sus abundantes gracias. Aprendan a depender de Mi Corazón Paternal en el presente. Yo todo lo superviso; su fortalezas, sus debilidades, cada uno de sus retos. Yo veo su confianza o su falta de ella. Soy testigo de su confianza en Mí en medio de cada crisis de fe.”

“Yo nunca rechazaré sus peticiones, si veo que el resultado es para su bien. Antes que nada, lo que Yo quiero es la salvación de ustedes. La única razón para la que Yo los creé es para que compartan la eternidad Conmigo.”

Lean Salmo 4:2-4

Respóndeme cuando te invoco, Dios, mi defensor, tú, que en la angustia me diste un desahogo: ten piedad de mí y escucha mi oración. Y ustedes, señores, ¿hasta cuando ultrajarán al que es mi Gloria, amarán lo que es falso y buscarán lo engañoso? Sepan que el Señor hizo maravillas por su amigo: él me escucha siempre que lo invoco.