Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:
“Sinceramente les digo, todos los hermosos edificios y santuarios, y la propiedad misma que componen este Ministerio, no son en sí el Ministerio. El Ministerio está en los corazones de quienes vienen aquí y en los corazones de quienes leen estos Mensajes. Yo solamente veo el corazón. Quienes están al tanto de los años de mensajes, deben transformarse en signos vivos del Amor Santo; esto, si sus corazones están abiertos al cambio.”
“Todo el mundo peca. Pero estas caídas en el pecado deben disminuir con cada momento que pasa y con cada mensaje. Deben ser capaces de reconocer sus propias debilidades y hacer el intento de superarlas. Sus debilidades son el portal de Satanás hacia sus corazones. Superar sus debilidades es su pasaporte a una santidad más profunda. Eviten ocasiones de pecado; incluso de pensamiento. Si algunos pensamientos los llevan al desaliento, no los fomenten.”
“Confíen en que Yo siempre estoy presente para ayudarlos; para fortalecerlos. Si lo hacen, sus tentaciones van a disminuir.”
Lean Gálatas 5:22-24
Por el contrario, el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia. Frente a estas cosas, la Ley está de más, porque los que pertenecen a Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y sus malos deseos.