Lo que es más importante para la salvación de cada alma es que desee la salvación

Si este deseo está en el corazón, entonces el alma intenta descubrir lo que tiene que hacer para ganar su salvación. Por eso Yo solo veo el corazón. Nada externo cuenta; la apariencia, las posesiones, la reputación

27 de Julio del 2022 – Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

Dios Padre - Amor Santo - Holy Love“Lo que es más importante para la salvación de cada alma es que desee la salvación. Si este deseo está en el corazón, entonces el alma intenta descubrir lo que tiene que hacer para ganar su salvación. Por eso Yo solo veo el corazón. Nada externo cuenta; la apariencia, las posesiones, la reputación. En estos días, las almas consumen el momento presente con todo lo que es pasajero y no en lo que es el cimiento de su eternidad, el Amor Santo. El deseo de agradarse a sí mismos, con mucha frecuencia, supera el deseo de agradarme a Mí y obtener su salvación.”

“La salvación no se puede ganar por medio del amor propio desordenado. Muchas almas, millones, han caído en su perdición debido al amor propio excesivo. Este amor no tiene en cuenta la obediencia a Mis mandamientos. Con frecuencia, el alma es engañada por Satanás para que piense que como no roba ni mata, ella obedece todos los mandamientos. No se hace ningún esfuerzo por explorar la profundidad de Mis mandamientos; una práctica muy peligrosa.”

“Si el alma desea su salvación sinceramente, explorará lo que tiene que hacer para obtenerla.”

Lean 1ª Timoteo 4:1-5 – El Espíritu afirma claramente que en los últimos tiempos habrá algunos que renegarán de su fe, para entregarse a espíritus seductores y doctrinas demoníacas, seducidos por gente mentirosa e hipócrita, cuya conciencia está marcada a fuego. Esa gente proscribe el matrimonio y prohíbe el consumo de determinados alimentos que Dios creó para que los creyentes y los conocedores de la verdad los comieran dando gracias. Todo lo que Dios ha creado es bueno, y nada es despreciable, si se lo recibe con acción de gracias, porque la Palabra de Dios y la oración lo santifican.