3 de Octubre del 2022 – Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

“Tengan siempre esperanza en sus corazones; esperanza en la gracia del momento presente, esperanza en la decisión definitiva de Mi Divina Voluntad. No dejen que la paz del corazón se base en la providencia terrenal, sino en Mi Divina Providencia. Dependan de Mi intervención, pues Yo siempre tengo presente lo que mejor les conviene.”

“Entonces, estén en paz con la gracia del momento presente. Rindan cualquier desaliento a Mi Divina Voluntad. Aquello que se opone a la esperanza no proviene del Espíritu Santo, sino de un espíritu maligno. Cubran siempre sus corazones cada mañana con la Preciosa Sangre de Mi Hijo, y recen para que los proteja San José, el Terror de los Demonios.”

Lean Romanos 5:1-5 – Justificados, entonces, por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado.