Crean en Mi gracia que los transforma y los libera

“Hijos, descansen en Mis Brazos. Reclínense en Mi Corazón. No permitan que estos tiempos difíciles afecten la paz en sus corazones"
18 de Octubre del 2020 – Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

Dios Padre - Amor Santo - Holy Love “Hijos, descansen en Mis Brazos. Reclínense en Mi Corazón. No permitan que estos tiempos difíciles afecten la paz en sus corazones. El momento presente se funde en el siguiente momento presente. Perseveren en la confianza y en el Amor Santo. Sepan que Yo estoy siempre con ustedes. Yo soy su provisión. La falta de confianza es el mal fruto de confiar demasiado en ustedes mismos. Ustedes solos fracasarán; juntos, podemos cambiar el corazón del mundo.”

“Confiar en Mí significa que ya no ceden a la ambición egoísta, al amor al poder o a la confianza ciega en la gente mala. Dejen que Yo los libre de todo eso. Crean en Mi gracia que los transforma y los libera. Entonces verán claramente que la anarquía no proviene de Mí; que es una rendición al pecado. Los santuarios del pecado son la locura del demonio.”

“Hijos, busquen la paz.”

Lean 1ª Juan 3:4-8 – El que comete el pecado comete también la iniquidad, porque el pecado es la iniquidad. Pero ustedes saben que él se manifestó para quitar los pecados, y que él no tiene pecado. El que permanece en él, no peca, y el que peca no lo ha visto ni lo ha conocido. Hijos míos, que nadie los engañe: el que practica la justicia es justo, como él mismo es justo. Pero el que peca procede del demonio, porque el demonio es pecador desde el principio. Y el Hijo de Dios se manifestó para destruir las obras del demonio.
Salmo 23:1-6 – El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre. Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza. Tú preparas ante mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo.