Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

“Me preguntas si las personas se pueden salvar si no tienen fe. El Amor Santo es la escalera a la salvación. A través del Amor Santo, la fe del alma se afianza y se protege. Incluso las almas que nunca escucharon hablar de Mí serán juzgadas según la forma en que trataron a su prójimo.”

“Hablo aquí para que Mis Hijos reconozcan que Yo soy un Padre amoroso; no un juez severo e implacable. Durante esta época de la malvada confusión de la verdad, Mi misericordia y Mi amor están muy presentes en toda la humanidad. Mi omnipresencia siempre se mostrará en la solución de acontecimientos y problemas. Los ataques injustos contra quienes viven en la verdad no se escapan de Mi juicio. A quienes atacan la verdad, muchas veces se les revierten las cosas y queda al descubierto quiénes son realmente: instrumentos del mal. Incluso en los peores ataques, Yo siempre estoy ahí tomando en cuenta quién apoya la verdad y quién vive en la mentira. Mi amor y Mi misericordia siempre están listos para recibir al corazón arrepentido.”

“Los juicios injustos sobre la personalidad de los demás son también pecado, independientemente de su posición en el mundo. No dejen que la ambición egoísta los ciegue. Vivan conforme a Mis mandamientos, sin importar su estatus en el mundo, pues nadie se escapa de Mi mirada.”

Lean Santiago 2:8-10

Por lo tanto, si ustedes cumplen la Ley por excelencia que está en la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, proceden bien. Pero si hacen acepción de personas, cometen un pecado y son condenados por la Ley como transgresores. En efecto, aunque uno cumpla toda la Ley, si peca contra un solo precepto, quebranta toda la Ley.