Exhorto a cada alma a rendirse a Mi Voluntad en estos tiempos tan malos

“Hijos, en Mi Reino por venir, Mi Voluntad ha de abrazar cada corazón y cada corazón abrazará Mi Voluntad. Esa será la esencia de la Nueva Jerusalén"
15 de Abril del 2021 – Nuevamente veo una gran llama que he llegado a reconocer como el Corazón de Dios Padre. Dice:

Dios Padre - Amor Santo - Holy Love“Hijos, en Mi Reino por venir, Mi Voluntad ha de abrazar cada corazón y cada corazón abrazará Mi Voluntad. Esa será la esencia de la Nueva Jerusalén. Pero todavía no estamos ahí. Por lo tanto, exhorto a cada alma a rendirse a Mi Voluntad en estos tiempos tan malos. En su aceptación está su rendición. Recen pidiendo la fuerza para hacerlo. La santa rendición es la manera de aliviar Mi Desolado Corazón y cambiar los corazones de los no creyentes. Cada uno de ustedes ha recibido un rol que desempeñar en su vida terrenal y la gracia para realizarlo con éxito. Ningún rol es demasiado insignificante y ningún rol es demasiado importante para aceptar Mis mandamientos con humildad. Si hacen el esfuerzo de vivir su rol conforme a Mis mandamientos, Yo los ayudaré y escucharé sus oraciones. No seremos extraños.”

“Perseveren en este sendero que Yo les he dado para su triunfo; el triunfo de su propia salvación. Entonces podremos compartir la Nueva Jerusalén.”

Lean Efesios 2:8-10 – Porque ustedes han sido salvados por su gracia, mediante la fe. Esto no proviene de ustedes, sino que es un don de Dios; y no es el resultado de las obras, para que nadie se gloríe. Nosotros somos creación suya: fuimos creados en Cristo Jesús, a fin de realizar aquellas buenas obras, que Dios preparó de antemano para que las practicáramos.
1ª Juan 3:22-24 – …y él nos concederá todo cuanto le pidamos, porque cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Su mandamiento es este: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos los unos a los otros como él nos ordenó. El que cumple sus mandamientos permanece en Dios, y Dios permanece en él; y sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.