“Hijos, hoy, conforme avanza el Adviento, vacíen sus corazones de todas las preocupaciones mundanas para que, en Navidad, el Recién Nacido encuentre un lugar de descanso acogedor. Perdónense mutuamente y no tengan miedo de nada. Confíen siempre en Mi Provisión.
Piensen primero en los demás, y después en ustedes. Den a los demás el regalo de la bondad y comprensión como un obsequio bien merecido este año. Así, Mi Hijo podrá llenar sus corazones con todo lo que necesitan, lo cual será mucho mejor que las cosas materiales.”