“Hijos, cuando estén rezando y los asalten muchas distracciones, les pido que reconozcan el miedo que tiene Satanás de sus oraciones. Él no se presenta de forma visible, sino como muchos pensamientos e interrupciones externas que interfieren con la oración ferviente. Cuando esto suceda, persígnense tranquilamente y regresen a la oración.”
“A través de la oración se revelan y se destruyen las tácticas de Satanás. El maligno utiliza personas y situaciones involuntarias para atrapar su concentración al momento de rezar. Cuando aprendan a reconocerlo, la mitad de la batalla está ganada. No dejen que nadie ni nada los aleje de la oración. Pongan atención a lo que los inquieta y desechen lo innecesario.”